De acuerdo con la Asociación Española de Síndrome de Tourette (AEST), los tics motores más comunes son:
- Sacudidas de cabeza: consiste en mover bruscamente la cabeza hacia atrás y hacia adelante o hacia los lados.
- Parpadeos: es el 6c más común, se trata de parpadear de forma excesiva o muy frecuente.
- Encoger los hombros: consiste en subir y bajar los hombros de forma repetitiva.
- Hacer gestos obscenos: también conocido como coprolalia, se trata de decirpalabras o hacer gestos inapropiados o vulgares.
- Retorcer la nariz: consiste en fruncir o mover la nariz repetitivamente.
- Inclinarse o girar: consiste en inclinar el cuerpo hacia un lado o hacia el otro, o girar el cuerpo sobre sí mismo.
- Hacer movimientos con la boca: se pueden dar diferentes 6pos de movimientos con la boca, como chasquear los labios, hacer ruidos con la lengua o morderse los labios.
- Saltar: se trata de un movimiento brusco de todo el cuerpo, que puede incluir saltos.Es importante destacar que estos tics no son exclusivos de una sola condición o trastorno, sino que pueden presentarse en diferentes contextos. Sin embargo, se consideran más comunes en personas que presentan el síndrome de Tourette, trastornos del espectro autista (TEA), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastornos de ansiedad.Es un síndrome que afecta neurológicamente a la conducta y al movimiento.
Los tics son los más comunes en este trastorno, reconociéndose como tales vocalizaciones producidas de manera involuntaria, así como movimientos que a veces los acompañan.Estos tics pueden aparecer en cualquier momento de la vida, aunque son más visibles entre los 2 y 18 años. Es complicado por los neurólogos establecer la aparición de los mismos, creyéndose que pueden ser debidos a un desorden que le cuesta establecer los límites entre la conducta externa y el pensamiento del individuo.Como todo síndrome que puedes observar, en cada paciente con Tourette hay una reacción diferente, pudiendo ser más severo de una a otra persona. Estudios científicos establecen que no existe un empeoramiento en el transcurrir de los años, aunque parece acentuarse de forma severa durante el periodo comprendido entre el final de la infancia hasta los últimos momentos de la adolescencia.
Cuando una persona con altas capacidades intelectuales también 6ene el Síndrome de Tourette, puede enfrentar desafíos únicos. Por un lado, su agudeza intelectual puede permitirles comprender conceptos complejos rápidamente y destacarse en áreas académicas específicas. Sin embargo, los tics asociados con el Síndrome de Tourette pueden interferir con su capacidad para concentrarse, participar en actividades académicas o sociales, y alcanzar su máximo potencial.
El manejo de esta doble excepcionalidad implica comprender tanto las fortalezas como las dificultades del individuo y proporcionar un apoyo personalizado que aborde ambas áreas. Esto puede incluir estrategias para ayudar a la persona a gestionar los tics y minimizar su impacto en su vida diaria, así como también adaptaciones en el entorno educativo para aprovechar al máximo sus capacidades intelectuales.