La doble excepcionalidad, que abarca la combinación de altas capacidades intelectuales con una dificultad específica de aprendizaje, presenta situaciones únicas que merecen una atención especializada. En el caso específico de la disgrafía, un trastorno de la escritura, se pueden observar dificultades significativas en la expresión escrita, que van desde problemas de ortografía y gramática hasta dificultades en la legibilidad y la organización del texto.
Las personas con altas capacidades intelectuales y disgrafía pueden enfrentar obstáculos particulares en su desarrollo académico y personal. A menudo, las habilidades cognitivas avanzadas pueden enmascarar las dificultades de escritura, lo que puede llevar a una falta de identificación y apoyo adecuado para abordar la disgrafía.
Problemas en las personas con altas capacidades y disgrafía que pueden estar ocultos
Las personas con altas capacidades y disgrafía suelen enfrentar desafíos particulares que pueden pasar desapercibidos debido a la coexistencia de estas dos características. A continuación, se describen algunos problemas ocultos que pueden surgir en las personas con disgrafía y altas capacidades:
Desempeño desigual de las habilidades cognitivas
Las altas capacidades suelen estar asociadas con un pensamiento rápido, creativo y habilidades avanzadas en áreas específicas, como las matemáticas o la resolución de problemas. Sin embargo, la disgrafía puede afectar a la capacidad para plasmar ideas por escrito. Esto puede generar una discrepancia significativa entre lo que saben y lo que logran expresar, lo que lleva a una subestimación de su potencial en entornos académicos.
Los docentes pueden interpretar la falta de calidad en los trabajos escritos como falta de esfuerzo o interés, en lugar de un problema de escritura.
Problemas emocionales y de autoestima
Las personas con altas capacidades y disgrafía pueden sentirse frustradas al no poder cumplir con sus propios estándares o los de los demás debido a las dificultades motoras que conlleva la disgrafía.
También puede causar una baja autoestima, la falta de reconocimiento de las capacidades reales puede hacer que internalicen mensajes negativos sobre sí mismos, generando inseguridad y desmotivación. Y, por otro lado, pueden desarrollar un perfeccionismo extremo, intentando compensar las dificultades de escritura con un esfuerzo excesivo en otras áreas, lo que puede conducir a un agotamiento emocional.
Dificultades sociales
La combinación de altas capacidades y disgrafía puede hacer que se sientan diferentes tanto de sus compañeros/as como de los adultos que los rodean. Esto puede dificultar su integración en grupos sociales o académicos.
Problemas en el entorno educativo
En muchos casos, las personas con altas capacidades y disgrafía no son identificadas correctamente porque sus dificultades con la escritura enmascaran sus talentos. Esto puede llevar a una falta de adaptaciones en el aula, agravando las dificultades.
También existe una falta de estrategias personalizadas, las técnicas de enseñanza estándar pueden no ser adecuadas para alguien con esta combinación de características. Es necesario implementar métodos que se adapten a sus necesidades tanto de enriquecimiento como de apoyo a la escritura.
Riesgo de sobrecarga sensorial
Muchas personas con altas capacidades también son neurodivergentes, lo que puede incluir una mayor sensibilidad sensorial. La disgrafía, al involucrar dificultades motoras finas, puede intensificar el estrés y la sobrecarga sensorial al realizar tareas que requieren escritura constante.
Intervención en personas con altas capacidades y disgrafía
Es esencial abordar la doble excepcionalidad de altas capacidades y disgrafía mediante una evaluación temprana y una intervención personalizada. Esto puede implicar la colaboración entre profesionales de la educación y la salud para identificar las necesidades específicas del individuo y desarrollar un plan de apoyo integral.
Las estrategias de intervención pueden incluir la enseñanza explícita de habilidades de escritura, el uso de herramientas y tecnologías de asistencia, así como adaptaciones en el entorno educativo para acomodar las dificultades de escritura. Además, es importante proporcionar un ambiente de apoyo y comprensión en el que la persona se sienta valorada y capacitada para alcanzar su máximo potencial.
Al reconocer y abordar las necesidades únicas de las personas con doble excepcionalidad de altas capacidades y disgrafía, podemos ayudar a promover un desarrollo académico y personal positivo y significativo.
¿Cuáles son las principales características de la disgrafía?
La disgrafía es un trastorno de la escritura que puede manifestarse de diversas formas y presentar una variedad de síntomas. Aquí tienes algunos rasgos principales que pueden ayudar a detectar la disgrafía:
Problemas con la Calidad de la Escritura:
- Dificultades para mantener una escritura legible y clara.
- Letras mal formadas o ilegibles.
- Inconsistencia en el tamaño, forma y espaciado de las letras.
Errores Ortográficos y Gramaticales:
- Dificultad para deletrear palabras correctamente.
- Errores frecuentes en la gramática y la puntuación.
- Inconsistencia en la aplicación de reglas ortográficas y gramaticales.
Problemas de Organización y Coherencia:
- Dificultades para organizar ideas de manera coherente en el papel.
- Escritura desordenada o desorganizada.
- Falta de cohesión entre las ideas expresadas en el texto.
Dificultades con la Velocidad y la Fluidez:
- Escritura lenta y laboriosa.
- Dificultad para expresar ideas de manera fluida y continua.
- Agotamiento rápido al escribir, especialmente durante tareas prolongadas.
Problemas con la Motricidad Fina:
- Dificultades en el manejo preciso del lápiz o bolígrafo.
- Agarre inadecuado del instrumento de escritura.
- Fatiga o incomodidad al escribir durante períodos prolongados.
Baja Autoestima y Frustración:
- Sentimientos de frustración, ansiedad o estrés al enfrentar tareas de escritura.
- Baja autoestima relacionada con las dificultades de escritura y las críticas recibidas por parte de otros.
Es importante tener en cuenta que estos rasgos pueden manifestarse de manera diferente en cada persona y pueden variar en intensidad. Si se observan consistentemente varios de estos rasgos en un niño o adulto, especialmente si afectan significativamente su desempeño académico o su bienestar emocional, puede ser indicativo de la presencia de disgrafía. En estos casos, es recomendable buscar una evaluación por parte de un profesional de la salud o la educación para un diagnóstico preciso y la implementación de estrategias de apoyo adecuada.