En el vasto panorama de la psicología y la educación, el concepto de alta capacidad es un tema de continua investigación y discusión. Si bien históricamente se ha asociado con un alto rendimiento académico o habilidades excepcionales en áreas específicas, la comprensión de la alta capacidad ha evolucionado hacia una visión más holística que considera una variedad de factores contextuales, emocionales y sociales.
Dentro de este marco, los investigadores Maureen Neihart y George Betts han propuesto un modelo que destaca la diversidad en la expresión de la alta capacidad. Este modelo, centrado en la infancia, pero aplicable a lo largo de toda la vida, identifica seis perfiles distintos de expresión de alta capacidad que se expondrán a continuación, cada uno con sus propias características, desafíos y necesidades.
El perfil exitoso/alto rendimiento se distingue por un desempeño excepcional en múltiples áreas, ya sea académica, deportiva o artística. Estos individuos suelen destacarse fácilmente en el entorno escolar y en su comunidad debido a sus logros sobresalientes. Son elogiados por sus maestros, compañeros y familiares por su dedicación y habilidades demostradas.
A menudo, estos individuos muestran una fuerte motivación hacia el aprendizaje y un compromiso con alcanzar metas elevadas. Sin embargo, detrás de su aparente éxito, pueden ocultarse desafíos emocionales y psicológicos. La presión por mantener altos estándares puede generar ansiedad, miedo al fracaso y una autoexigencia implacable. Esta ansiedad puede manifestarse como una dependencia excesiva de la aprobación externa y una evitación del riesgo y la incertidumbre.
Para apoyar a las personas con este perfil, es esencial reconocer y abordar sus necesidades emocionales y psicológicas subyacentes. Esto puede incluir el desarrollo de habilidades de asertividad y autoconocimiento, la promoción de la creatividad y la exploración de intereses fuera de su zona de confort. Además, es importante proporcionar una mayor independencia (libertad para la toma de decisiones, permitir que se angustie, experiencias de toma de riesgo) y un entorno de apoyo que fomente la aceptación incondicional y la valoración del esfuerzo y la resiliencia, más allá de los resultados tangibles.
El perfil creativo/divergente/retador se caracteriza por un pensamiento innovador, desafiante y fuera de lo común. Estos individuos tienen una capacidad única para cuestionar la autoridad y las normas establecidas, lo que a menudo los lleva a desafiar el status quo y buscar nuevas formas de ver el mundo.
Su creatividad y originalidad los hacen destacar en campos como el arte, la música, la escritura o la resolución de problemas. Sin embargo, su naturaleza desafiante puede llevarlos a ser percibidos como rebeldes o problemáticos por las figuras de autoridad y sus semejantes.
A nivel emocional, estos individuos pueden experimentar una baja autoestima y falta de autocontrol debido a la falta de aceptación y comprensión de su forma de pensar. Pueden sentirse incomprendidos y frustrados por la falta de apreciación de sus habilidades únicas.
Para apoyar a las personas con este perfil, es fundamental fomentar su creatividad y proporcionarles un ambiente donde puedan expresarse libremente. Esto puede incluir la promoción de actividades artísticas y proyectos creativos, así como el desarrollo de habilidades de comunicación y resolución de conflictos. Además, es importante ofrecer modelos de conducta adaptados y ayudar a estas personas a desarrollar habilidades de asertividad y gestión emocional para enfrentar los desafíos que enfrentan.
El perfil clandestino/invisible se refiere a personas con altas capacidades que ocultan sus talentos por temor a no encajar o ser aceptados. Estos individuos pueden pasar desapercibidos en entornos escolares y sociales debido a su deseo de evitar destacar o llamar la atención sobre sí mismos/as.
A menudo, estas personas experimentan una profunda ambivalencia entre el deseo de pertenecer y el miedo a ser percibidos como diferentes. Pueden sentirse presionados para conformarse con las expectativas de sus compañeros y familiares, lo que puede generar una falta de confianza en sí mismos y una baja autoestima.
Para apoyar a las personas con este perfil, es esencial reconocer y valorar sus potencialidades únicas. Esto puede incluir el desarrollo de programas y actividades que fomenten la autoexpresión y la exploración de intereses individuales. Además, es importante proporcionar un ambiente inclusivo y de aceptación donde se sientan seguros para ser ellos mismos y desarrollarse plenamente.
El perfil desertor/en riesgo se caracteriza por un bajo rendimiento académico y una alta probabilidad de abandono escolar. Estos individuos pueden enfrentar desafíos emocionales, comportamentales y sociales debido a un desajuste entre sus capacidades y las expectativas del entorno escolar.
A menudo, experimentan sentimientos de frustración, baja autoestima y falta de motivación debido a la falta de reconocimiento de sus potencialidades. Pueden sentirse desconectados y alienados del sistema educativo y la autoridad, lo que puede llevarlos a comportamientos disruptivos.
Para apoyar a las personas con este perfil, es necesario proporcionar un programa individualizado dirigido a sus necesidades específicas. Esto puede incluir el desarrollo de estrategias de aprendizaje alternativas, la promoción de la autoestima y la motivación, y el acceso a recursos y apoyos adicionales. Además, es importante ofrecer un ambiente de apoyo y comprensión donde estas personas se sientan valoradas y capacitadas para alcanzar su máximo potencial.
El perfil de doble excepcionalidad se refiere a personas con altas capacidades intelectuales y otras necesidades educativas especiales, como dificultades de aprendizaje, trastornos del espectro autista o trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. Se da la interacción entre sus capacidades excepcionales y sus dificultades adicionales.
A menudo, pueden experimentar una sensación de fracaso y baja autoestima debido a la falta de reconocimiento de sus potencialidades. Pueden sentirse abrumados por la discrepancia entre su capacidad intelectual y su rendimiento académico, lo que puede afectar su motivación y autoconcepto.
Para apoyar a las personas con este perfil, es fundamental enfatizar sus fortalezas y desarrollar estrategias de aprendizaje que se adapten a sus necesidades individuales. Esto puede incluir el acceso a recursos de apoyo especializados, la implementación de modificaciones en el entorno educativo y la promoción de la autoconfianza y la autogestión. Además, es importante trabajar en la sensibilización y comprensión de las necesidades específicas de estas personas dentro del entorno escolar y la comunidad en general.
El perfil autónomo en el aprendizaje se caracteriza por individuos capaces de dirigir su propio proceso de aprendizaje de manera independiente y autodirigida. Son seguros de sí mismos, optimistas y motivados por aprender. Disfrutan de la exploración y la novedad, y muestran una gran tolerancia a la ambigüedad.
A menudo, estas personas destacan por su capacidad para establecer y alcanzar metas personales, así como por su capacidad para trabajar de manera independiente y colaborativa. Son considerados modelos de excelencia académica y personal, y son admirados por sus compañeros y maestros por su iniciativa y compromiso con el aprendizaje.
Para apoyar a las personas con este perfil, es esencial proporcionar oportunidades para el crecimiento continuo y el desarrollo personal. Esto puede incluir el acceso a programas de enriquecimiento y aceleración, la participación en proyectos de investigación y la mentoría individualizada. Además, es importante mantener un diálogo abierto y de apoyo, y proporcionar un ambiente que fomente la autonomía y la autorreflexión.
En conclusión, los distintos perfiles de expresión de alta capacidad propuestos por Neihart y Betts reflejan la diversidad y complejidad de las experiencias individuales. Cada perfil presenta desafíos únicos y requiere enfoques de intervención específicos para promover un desarrollo óptimo.
Al reconocer y valorar la singularidad de cada individuo, podemos crear entornos educativos y sociales que fomenten la inclusión, la aceptación y el crecimiento personal y académico de todas las personas con altas capacidades.
Es fundamental seguir investigando y explorando nuevas formas de apoyar a las personas con altas capacidades en todas sus dimensiones, desde lo académico hasta lo emocional y social. Al hacerlo, podemos aprovechar plenamente el potencial de cada individuo y promover una sociedad más inclusiva y equitativa para todos.