Despistes y olvidos de las personas con altas capacidades

Tener despistes o distraernos es algo que nos pasa a todos/as a lo largo del día o de la semana. Sin embargo, cuando hablamos de personas con altas capacidades, estos olvidos pueden resultar sorprendentes, por qué la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿Cómo es posible que alguien con un cerebro tan rápido, capaz de aprender cosas complejas con facilidad, pueda olvidarse de algo tan simple como dónde dejó las gafas o qué día era la cita médica?

La respuesta no está en una falta de atención o interés, sino en cómo funciona su mente. Las personas con altas capacidades tienen un estilo de pensamiento divergente, con una alta creatividad y con la capacidad de pensar en múltiples cosas a la vez, causando en ocasiones despistes y olvidos. 

A continuación, expondremos por qué ocurre esto y qué estrategias pueden ser útiles. 

¿Por qué las personas con altas capacidades tienen despistes y olvidos?

Las personas con altas capacidades tienen un pensamiento muy rápido y una curiosidad insaciable, es decir “su mente siempre está en marcha”. Esto significa que, mientras están haciendo algo cotidiano, su mente puede estar volando en mil direcciones. Por ejemplo, pueden estar pensando en cómo resolver un problema, planificando un proyecto creativo o simplemente reflexionando sobre el universo, y este es uno de los motivos por los que tienen despistes y olvidos, por ejemplo, pueden olvidarse de apagar el fuego de la cocina o de donde dejaron las llaves de casa. 

Por otro lado, la mente de las personas con altas capacidades funciona como un ordenador con muchas pestañas abiertas al mismo tiempo. Esto puede generar una sobrecarga mental que dificulta centrarse en tareas sencillas o recordar detalles cotidianos, como dónde dejaron las llaves, qué tenía que hacer de tarea o qué día es la reunión del colegio.

A menudo, estas personas priorizan sus intereses por encima de lo que consideran «poco importante o motivador», es decir las personas con altas capacidades tienen intereses selectivos. Si algo no les motiva o no lo ven relevante, es más fácil que lo pasen por alto, incluso si para otros/as resulta imprescindible, como, por ejemplo, les puede pasar a los niños/as con altas capacidades en el colegio con tareas, proyectos o exámenes de asignaturas que no les interesen.  

Otra razón por la que se producen los despistes y olvidos es que muchas de las personas con altas capacidades tienen una sensibilidad sensorial o emocional elevada. Esto puede hacer que se distraigan fácilmente con estímulos externos, como ruidos, luces o incluso sus propias emociones, dificultando que se concentren en una sola tarea.

¿Cómo se pueden gestionar estos despistes y olvidos de las personas con Altas Capacidades?

Aunque los olvidos y los despistes son parte de la naturaleza humana, existen estrategias que pueden servir de ayuda: 

En primer lugar, establecer rutinas. Las rutinas son herramientas clave para reducir despistes y fomentar la organización, especialmente en personas con altas capacidades, cuya mente suele estar constantemente ocupada en pensamientos complejos o creativos. Una rutina no es más que un conjunto de hábitos que se realizan de forma automática, liberando espacio mental para otras actividades.

En niños/as y adolescentes, establecer rutinas como preparar la mochila o el uniforme la noche anterior puede ser muy útil para evitar olvidos al día siguiente. Por ejemplo, tener un «ritual» al llegar a casa que incluya vaciar la mochila, dejar las tareas pendientes en el escritorio y colgar el abrigo en el mismo lugar ayuda a estructurar su día. En el caso de los adultos, una rutina tan simple como dejar las llaves siempre en un cuenco junto a la puerta o anotar las tareas pendientes al final de cada día en aplicaciones que existen para ello, puede evitar frustraciones innecesarias y mantener el orden en su día a día.

Otra estrategia, puede ser dividir las tareas que consideren más complejas. Organizar las diferentes tareas en pasos más pequeños es fundamental para evitar la sensación de sobrecarga mental, algo que ocurre con frecuencia en personas con altas capacidades. 

En niños/as, el uso de recursos visuales como tablas de tareas, listas de comprobación o diagramas puede ser muy efectivo. Por ejemplo, si un niño/a necesita estudiar para un examen, en lugar de decirle que «repase todo el tema», se le puede guiar para dividirlo en pasos: leer una sección, resumir en un esquema, y ​​finalmente hacer ejercicios prácticos. Para los adultos, descomponer un proyecto grande en tareas manejables, priorizadas en una lista, evita procrastinar y permite avanzar poco a poco, en el desarrollo de las tareas y en el cumplimiento de objetivos. 

Una gran herramienta son los recordatorios, estos son aliados sencillos pero eficaces para gestionar despistes. Aplicaciones móviles, notas adhesivas y alarmas funcionan como «extensiones» de la memoria, grabándose tareas importantes en el momento adecuado.

En niños/as y adolescentes, un reloj con alarma o pictogramas sencillos y visuales pueden ser útiles para recordarles sus rutinas, como hacer los deberes, preparar la ropa del día siguiente o apagar las pantallas antes de dormir. Para los adultos, herramientas como calendarios digitales sincronizados en el móvil o el ordenador son una solución práctica para no olvidar reuniones, fechas importantes o citas médicas.

También es importante en las personas con altas capacidades, respetar sus intereses, ya que suelen ser una prioridad absoluta, y darles espacio para explorarlos puede tener beneficios en su organización y bienestar general. En el caso de los niños/as, respetar su pasión por temas específicos (como los dinosaurios, el espacio o la música) puede ser una manera de motivarlos a completar otras tareas. Por ejemplo, permitirles jugar con un libro de su tema favorito después de terminar sus deberes puede ser un incentivo poderoso. En adultos, dedicar tiempo a sus intereses, ya sea leer, aprender algo nuevo o realizar actividades creativas, no solo mejora su satisfacción personal, sino que también les ayuda a liberar la mente y a mantener un enfoque más claro en el resto de sus responsabilidades.

Definitivamente, estas estrategias, sencillas pero efectivas, no solo ayudan a gestionar despistes y olvidos de las personas con altas capacidades, sino que también permite a estas personas a desarrollar todo su potencial sin sentirse sobrecargadas. Con el tiempo, estas pequeñas acciones se convierten en hábitos automáticos, liberando a las personas con altas capacidades de gastar energía en tareas simples y permitiéndoles centrarse en lo que realmente les apasiona.

 

Laura Renuncio, psicóloga

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