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¿Siempre te han molestado ruidos, luces, sabores, texturas… más que al resto de las personas? Puede ser un problema sensorial

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Este test psicológico es una herramienta valiosa para entender cómo las personas procesamos y respondemos a los estímulos sensoriales en nuestro entorno diario.

Una simple evaluación puede impactar tremendamente en tu bienestar. Sabemos que ciertos sonidos, luces o estímulos mínimos pueden afectarte de manera intensa, generando incomodidad o incluso dolor, y alterando tu estado emocional de forma repentina. Comprender estos efectos te permitirá reconocer y afrontar esos desafíos invisibles, porque existen maneras de gestionarlos y nivelar tu rendimiento en diversos contextos como el hogar, el trabajo o la vida social.

Este test te ayudará a comprender cómo respondes a la estimulación sensorial, ya sea visual, auditiva, táctil, entre otras.

 

¿Cómo te puede ayudar conocer tu Perfil Sensorial?

Al identificar tu perfil sensorial, podrás entender mejor tus respuestas a situaciones cotidianas, lo que te permitirá hacer ajustes para mejorarlas. Además, conocer tu perfil sensorial es crucial para mejorar tu adaptación y participación en actividades diarias, ya sea en el trabajo, en casa o en actividades sociales.

 

¿Por qué es importante el Perfil Sensorial en la vida diaria?

El perfil sensorial de una persona es un conjunto de características que describen cómo percibe, procesa y responde a los estímulos sensoriales del entorno. Estos estímulos pueden provenir de los sentidos tradicionales (vista, oído, tacto, gusto, olfato) y de sistemas internos como el equilibrio (sistema vestibular) y la percepción del cuerpo en el espacio (propiocepción).

Cada persona tiene un perfil sensorial único. Algunas personas pueden ser hipersensibles (perciben los estímulos de manera intensa y pueden sentirse abrumadas por ruidos, luces o texturas), mientras que otras pueden ser hiposensibles (necesitan estímulos más fuertes para percibirlos y responder adecuadamente). También existen perfiles mixtos, donde una persona puede ser más sensible a ciertos estímulos y menos a otros.

Comprender el perfil sensorial de cada persona es valioso, pero en algunos casos es fundamental. Conocer cómo alguien percibe y responde a los estímulos del entorno permite realizar adaptaciones que mejoren su calidad de vida y le ayuden a manejar situaciones estresantes o difíciles. Esto es especialmente importante en entornos como la escuela o el trabajo, donde ciertos ajustes pueden marcar una gran diferencia. Esto cobra aún más relevancia en personas con trastorno del procesamiento sensorial, autismo, TDAH u otras neurodivergencias, ya que entender sus necesidades permite crear espacios más inclusivos y favorables.

El perfil sensorial no solo ayuda a mejorar la comodidad y el desempeño en el trabajo, sino que también es clave para identificar barreras sensoriales que pueden estar afectando a la persona sin que se reconozcan como tal. En muchos casos, estas dificultades se atribuyen a otras causas, cuando en realidad pueden estar relacionadas con la manera en que el cerebro procesa los estímulos del entorno. Comprenderlo permite hacer ajustes adecuados y mejorar la calidad de vida.

  • En el hogar:
    Adaptar el hogar según el perfil sensorial de sus habitantes no es solo una cuestión de comodidad, sino una herramienta poderosa para mejorar la convivencia y la calidad de vida. Un entorno diseñado en función de las necesidades individuales permite que cada persona se sienta más segura, relajada y en armonía con su espacio, lo que contribuye a una vida diaria más equilibrada y placentera.Por ejemplo, quienes son sensibles al ruido pueden beneficiarse de materiales aislantes, el uso de sonidos relajantes o la creación de zonas silenciosas dentro del hogar. Aquellos que experimentan incomodidad con ciertas luces pueden encontrar mayor confort en iluminación regulable, bombillas cálidas o cortinas que controlen la luz natural. Para quienes necesitan mayor estimulación sensorial, incorporar texturas variadas en los muebles, colores estimulantes o espacios para el movimiento puede ser clave. Estos ajustes no solo mejoran la calidad de vida, sino que también favorecen la regulación emocional y repercuten en toda la familia.

 

  • En el trabajo:
    Conocer el perfil sensorial de una persona en el entorno laboral es fundamental, porque cada persona procesa los estímulos del ambiente de manera diferente, por lo que identificar sus necesidades sensoriales permite realizar ajustes que optimicen su trabajo y reduzcan el estrés o la fatiga. Un espacio adaptado facilita la concentración al minimizar distracciones para quienes son sensibles al ruido o a la luz intensa, además de reducir la sobrecarga sensorial que puede generar agotamiento físico y mental. Esto no solo impacta en la productividad, sino también en el bienestar emocional, promoviendo una mayor motivación y compromiso con el trabajo.Por ejemplo, para quienes son hipersensibles al ruido, el uso de auriculares con cancelación de sonido o la posibilidad de trabajar en espacios silenciosos puede marcar una gran diferencia. Las personas con hiposensibilidad al movimiento pueden beneficiarse de escritorios de pie, sillas dinámicas o pausas activas durante la jornada. De la misma manera, quienes tienen una mayor sensibilidad a la luz pueden necesitar iluminación regulable o pantallas antirreflejo para mejorar su comodidad.En definitiva, entender el perfil sensorial de cada trabajador y adaptar el entorno laboral a sus necesidades no solo hace que su experiencia en el trabajo sea más cómoda, sino que también mejora su rendimiento. Diseñar espacios flexibles y ajustados a cada persona contribuye a crear equipos más saludables, equilibrados y productivos, donde todos pueden dar lo mejor de sí mismos.

 

  • En la vida social:
    El ocio y la vida social son fundamentales, pero para muchas personas con sensibilidades particulares, estos momentos pueden volverse estresantes si no se consideran sus necesidades sensoriales. Adaptar las actividades a cada perfil no solo permite que todos disfruten plenamente, sino que también fortalece los lazos sociales y promueve un entorno más empático e inclusivo, en el que cada persona se sienta comprendida y valorada.En reuniones sociales, eventos o actividades recreativas, conocer las necesidades sensoriales de alguien puede marcar la diferencia en su nivel de comodidad y conexión con los demás. Ajustar aspectos como el volumen de la música, la iluminación o el tipo de actividad puede ayudar a evitar la sobrecarga sensorial y fomentar interacciones más satisfactorias.

 

Conocer tu Perfil Sensorial es un paso importante hacia una mayor comprensión de ti mismo/a y una mejora en tu adaptación y participación en el mundo que te rodea.

Solicita tu evaluación y descubre tu Perfil Sensorial. Tu perfil sensorial puede ser la explicación a tu sufrimiento.